La Fabrica Blanca y los murales de Lodz

Lodz y los murales

Saliendo por Piotrkowska, el paseo más largo de Polonia, 4 km que atraviesa el centro histórico.

Yendo hacia el sur, después de aproximadamente 1 km y medio, se encuentra una hermosa antigua fábrica, blanca por su color original.

Ha sido remodelado como sede de dos museos.

Uno es dedicado al telar y la producción textil industrial; el maravilloso segundo es el Museo Central Textil.

Este último se refiere al arte moderno, la publicidad de los años del comunismo y las diversas maravillas posibles con las fibras textiles … pero primero echemos un vistazo a los 2 murales con los que me crucé …

El primero es en las afueras, un mural surrealista que expresa vivacidad pero también angustia.

El segundo, por otro lado, está en el centro: un majestuoso velero y un avión surcan la tierra mientras la arquitectura nueva y moderna se mezclan.

Una visión optimista de la vida, en una ciudad que lucha con las contradicciones de la transformación social y política.


La Fabrica blanca

La Fabrica blanca es una imponente zona industrial edificada en 1835-1838 para Ludwig Geyer, un inmigrante sajón magnate y filántropo.

Tiene 17,35 metros de altura y en la parte superior hay un pequeño mirador que alberga la campana del antiguo molino.

El molino se hizo funcionar gracias a piezas de la contraparte belga de Cockerill.

spiazzo Biala Fabrycza

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Museo Texil

Un museo excepcional, dividido en plantas, sencillo y eficaz.

Evolución de la moda, reclamos publicitarios, arte moderno en las formas más curiosas (incluido el batik indonesio) y uso artístico de fibras textiles.

El Renacimiento de la industria textil tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX y se basó en la experiencia de la Bienal de Lausana.

La figura legendaria que la organizó fue Krystyna Kondratiuk, cuyo enfoque no se limitó a la presentación cíclica de los artistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actualmente hay una exposición titulada «La rebelión del problema»: un evento que realza la creciente popularidad y habilidad de los artistas polacos.

En el cuadro de la izquierda, el remake de un cuadro de Miro de Ewa Polanska, a la derecha una obra con el evocador título «Raíces».

Un espacio mutuo e interactivo, una importante revolución incorporada en el signo del arte moderno.